En el marco de las prioridades del Gobierno Nacional se identifican claramente numerosas acciones que se enmarcan en la denominada agenda positiva en materia de integración física, logística, transporte y conectividad regional, a la par de los objetivos económicos y comerciales, en el relacionamiento bilateral y en las iniciativas de integración regional.
En dicho contexto se ubican diversos proyectos de interconexión vial, puentes internacionales, áreas de control integrado de fronteras, conectividad digital, transporte terrestre, transporte aéreo, hidrovías, medios multimodales, corredores bioceánico y logístico, ejecutados por los ministerios competentes, consolidando el objetivo nacional de convertirse en el principal nodo de interconexión en Sudamérica, revirtiendo en positivo los efectos de la mediterraneidad.
En el inicio y en la base de estas acciones está presente el trabajo diplomático, dado que todos los emprendimientos surgen de negociaciones, tratativas, gestiones, bilaterales o regionales, cuyos resultados se plasman en acuerdos, convenios, protocolos, memorándum de entendimiento y otros instrumentos diplomáticos, que cobran vigencia con la respectiva aprobación parlamentaria.
En este amplio espectro de intervenciones se distingue el hilo conductor de la política exterior paraguaya, que siempre tuvo como uno de sus objetivos la conexión del país con el mundo exterior y los mercados internacionales, por los más diversos medios, para superar las vicisitudes generadas para el desarrollo de esta “isla rodeada de tierra”, como lo denominaba el inolvidable Roa Bastos.
La estrategia empleada en pos de los altos objetivos nacionales se ha desarrollado en diversos escenarios. A nivel multilateral se generaron conceptos y principios, a nivel regional se diseñaron instrumentos y mecanismos y a nivel bilateral fueron implementadas acciones inspiradas en dichos conceptos y principios, mediante los citados instrumentos y mecanismos.
Las principales banderas enarboladas por el Paraguay en los ámbitos decisorios internacionales han sido la de los países en desarrollo sin litoral, la de la economía menor y vulnerable y la producción agrícola, principalmente, con la reivindicación del trato especial y diferenciado para los países con necesidades y condiciones especiales.
Como frutos recientes de esta cruzada pueden invocarse el Acuerdo de la OMC sobre Facilitación del Comercio, el Plan de Acción de Viena para los Países sin Litoral, la creación dentro de la estructura de la Organización de las Naciones Unidas de una dependencia especializada en la atención de este grupo de países, entre otros; a nivel de la ALADI, el reconocimiento de la doble asimetría por carencia de litoral marítimo y por ser un país de menor desarrollo económico relativo.
A nivel del MERCOSUR, regímenes especiales, lista de excepciones al Arancel Externo Común, reglas de origen preferencial y tratamiento especial en las negociaciones externas, entre las principales medidas de naturaleza comercial.
Pero tal vez el logro más significativo obtenido en el reconocimiento de las asimetrías en el MERCOSUR ha sido el establecimiento del Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM), herramienta esencial para atender las disparidades entre los Estados Partes del bloque y que ha permitido al Paraguay, en su primera etapa, obtener recursos no reembolsables por valor de 48 millones de dólares anuales, con una contribución de 1 millón de dólares anuales.
En los 10 primeros años de funcionamiento del FOCEM, el Paraguay recibió un total de 480 millones de dólares, aportando tan solo 10 millones de dólares. Con estos rubros fueron financiados, entre otras obras de infraestructura, las líneas de transmisión de 500 kv, entre Itaipú y Villa Hayes, la pavimentación de la carretera Concepción-Vallemí, la carretera de circunvalación de la capital y la Avenida Costanera Norte de la ciudad de Asunción.
El FOCEM, negociado en el ámbito del MERCOSUR, es una muestra de la acción diplomática para la obtención de fuentes de financiamiento para las obras de integración física ejecutadas por el país.
La Cancillería Nacional ve en cada inauguración o habilitación de obras en el país y, más aún en el caso de infraestructuras de integración física regional, una profunda e íntima satisfacción por el deber cumplido y por la materialización de su esfuerzo institucional en favor de los intereses nacionales y de la ciudadanía paraguaya.
Asunción, 18 de diciembre de 2019
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