En el Paraguay, cada 16 de agosto celebramos el Día del Niño en honor a quienes llenan de alegría y esperanza a nuestro país.
Pero esta fecha tiene un significado muy profundo para los paraguayos, ya que se conmemora en memoria y honor de los niños y adolescentes que experimentaron uno de los mayores horrores de la historia paraguaya y latinoamericana: la Batalla de Acosta Ñu, que tuvo lugar el 16 de agosto de 1869.
Con la caída de la ciudad de Piribebuy, el 12 de agosto de 1869, inició la penosa y sacrificada retirada de los remanentes del Ejército Paraguayo hacia el norte del país. Al amanecer del 16 de agosto, el mariscal Francisco Solano López dio la orden de que todas las mujeres, niños y heridos regresasen a sus hogares. Sin embargo, ante la perspectiva de ser víctimas de la barbarie de las fuerzas invasoras, tal como fue sufrido por los sobrevivientes de Piribebuy pocos días antes, la población civil voluntariamente decidió seguir a las fuerzas paraguayas y a su mariscal.
La retaguardia de las columnas paraguayas estaba compuesta por las 87 carretas de la intendencia, a cargo de ancianos, heridos, mujeres y niños no combatientes, que tenían la dificultosa tarea de transportar bastimentos, armamentos, municiones y banderas con la ayuda de bueyes extenuados y hambrientos, resultándoles imposible mantener el ritmo de las fuerzas paraguayas en repliegue. A esta altura de la guerra, ya no quedaban con vida suficientes hombres en edad adulta para dirigir las carretas de la intendencia.
Atravesaban el campo de Acosta Ñu tres arroyos de manera casi paralela, con unos pocos puentes que ralentizaron la velocidad del tránsito de las carretas y sus custodios y, a la mañana del 16 de agosto, las huestes imperiales brasileñas cortaron la retirada de la columna de la intendencia paraguaya, que de ninguna manera había sido prevista como una fuerza de combate de primera línea.
A pesar de la desesperanzadora desproporción numérica entre ambas fuerzas, las fuerzas paraguayas resistieron con notable heroísmo las repetidas cargas de las tropas imperiales que disponían del apoyo de su poderosa artillería y caballería. Los combates duraron hasta el anochecer. Una vez aniquiladas las pocas tropas veteranas disponibles, las líneas paraguayas se desmoronaron y no quedaron sino los niños, muchos de ellos con tallas en forma de fusiles y barbas postizas para aparentar ser adultos desde la distancia, así como un puñado de jinetes, que formaron cuadros alrededor de las carretas de la intendencia al este del arroyo Piribebuy en un vano intento por defenderse, pero rápidamente sucumbieron ante la ferocidad del avance brasileño.
El historiador revisionista brasileño Juan José Chiavenatto recogió en su libro testimonios de veteranos, quienes relataron que en el fragor de la lucha, niños de seis a ocho años se aferraban a las piernas de los soldados imperiales, llorando y rogando que no los matasen, siendo degollados en el acto. Al ver esto, muchas mujeres que estaban escondidas en los bosques circundantes empuñaron las armas e intentaron comandar y auxiliar a los niños, pero fueron igualmente muertas.
Ni siquiera una vez finalizada la lucha se vio aplacada la sed de sangre del comandante de las fuerzas brasileñas, Conde D'Eu. Ya entrando la noche, las mujeres paraguayas ingresaron al campo de batalla para recoger a sus hijos y hermanos muertos y heridos, por lo que D'Eu ordenó incendiar la maleza con los paraguayos dentro y disparar a cualquiera que intentase salir del campo en llamas. Con esta acción, replicó el holocausto que había llevado a cabo al tomar la plaza de Piribebuy.
La canción titulada "Acosta Ñu", con letra de Federico Riera y composición musical de Emilio Biggi, mantiene viva en la memoria colectiva de todos los paraguayos el heroísmo de los niños y adolescentes que alcanzaron la inmortalidad en los campos de Acosta Ñu.
Hoy, a 156 años de la Batalla de Acosta Ñu, recordamos el sacrificio de los niños mártires que cayeron en defensa de la Patria, y en cuyo homenaje, se recuerda el Día del Niño en el Paraguay.
Quito, sábado 16 de agosto de 2025
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