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Discurso de la condecoración Embajador del Brasil Don José Felicio

24 de noviembre de 2016

Saludos protocolares

Señor Embajador

Durante los 3 años que usted estuvo al frente de la representación diplomática de la República Federativa del Brasil ante el Gobierno del Paraguay, en calidad de Embajador, cumplió una destacada gestión al servicio de nuestras relaciones bilaterales. Y se ha ganado la simpatía y la amistad de las autoridades nacionales y de distintas personalidades de la sociedad civil de nuestro país.

¡Qué duda cabe para resignificar la enorme importancia que tienen los tradicionales vínculos entre el Paraguay y el Brasil! Mantenerlos en los niveles de gran entendimiento y de fructíferos intercambios es la común responsabilidad que necesariamente debe distinguir a nuestras recíprocas diplomacias. Usted se ha empeñado en corresponder a ese compromiso, demostrando siempre la mejor disposición para que podamos cumplir la muy nutrida e intensa agenda que venimos llevando entre nuestros dos países.

En diversos órdenes nuestras relaciones requieren la máxima atención y prioridades insoslayables. Así en el campo comercial como en el de la integración. También en el fortalecimiento de las cadenas productivas como en el de la complementación económica, las obras de interconexión y la logística. Y las cooperaciones que contribuyan al desarrollo de nuestros dos pueblos como al franco diálogo entre nuestros respectivos gobiernos. En todos estos no siempre fáciles contextos, su misión ha tenido un encomiable desempeño que es muy grato para nosotros valorarlos y reconocerlos.

Señor Embajador

Como es de su conocimiento, nuestras actividades diplomáticas --que sin cesar son dinámicas e intensas-- tienen la particularidad, por ser países vecinos, de traducirse en el ámbito de lo concreto, pero también en los que no son inmediatamente visibles. Basta señalar varios acuerdos que hacen a la integración física y logística, así como el Protocolo sobre la Facilitación y Promoción de Inversiones y en especial el acuerdo entre Itaipú y Electrobras relativo a la conciliación de cuentas, este último que contribuye a efectivizar los pagos y la transparencia al Paraguay por la cesión de la energía eléctrica al Brasil, y tantos otros instrumentos que mejoran las actividades y el desarrollo fronterizo entre nuestras localidades y poblaciones vecinas. Ellos se verifican en la práctica en tangibles vínculos de que avanzamos en el progreso de nuestras relaciones bilaterales.

Ya está el contrato de construcción para el segundo puente internacional sobre el Río Paraná, que bien sabemos vendrá a favorecer el desarrollo de nuestras ciudades extendidas en ambas márgenes de nuestra frontera fluvial, como históricamente lo ha demostrado el Puente de la Amistad. Y ya están también los acuerdos para la construcción del Puente Carmelo Peralta-Puerto Murtiño y, próximamente, dos más a levantarse sobre el Río Apa. Avanzamos de hecho para acrecentar la unión de nuestros dos países, así como para reservar nuestros recursos naturales como lo del Acuífero Guaraní, en un mundo en el que el agua adquiere valor vital y universal. Y estamos dando pasos también para la integración bioceánica, al igual para el mejoramiento a la salida de ultramar para el Paraguay en los puertos brasileños sobre el Atlántico.

Hago estas menciones para reseñar la evolución histórica de nuestras relaciones, incluyendo la cooperación en los campos de la cultura, la ciencia y la tecnología, así para preservar el trato digno de nuestros conciudadanos. Vamos hacia adelante. El futuro nos espera sin concesión a un tiempo vacío. Pudimos recomponer la tensión que tuvimos en el Mercosur, y por supuesto que el entendimiento estratégico entre nuestros dos países es una póliza de seguro para la integración regional, y su proyección con la Unión Europea, a la vez para asegurar la institucionalidad democrática, el respeto a la soberanía y la vigencia de los derechos humanos en nuestras naciones.

Arduas han sido y son nuestras tareas en el marco de las relaciones bilaterales. Usted, Embajador José Felicio, dejó por su paso en Asunción ponderables esfuerzos, con pragmatismo y lucidez. Por esta razón, el Gobierno del Presidente don Horacio Cartes quiere testimoniarle, por mi intermedio, el símbolo del aprecio y consideración del Paraguay otorgándole la Condecoración Nacional del Mérito en el Grado de Gran Cruz. Y yo me honro en imponerle, con la certeza de que Vuestra Excelencia seguirá trabajando por el fortalecimiento continuo de los lazos que unen al Brasil con el Paraguay y al Paraguay con el Brasil. Y con el fraternal abrazo, le digo que aquí, en esta tierra gloriosa, tiene su casa y motivos para enaltecer las cálidas y sinceras amistades.

Muchas gracias.