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Disertación del Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador Eladio Loizaga en la Academia Diplomática Rusa

Discurso del Canciller en la Academia Diplomática Rusa

Moscú, 17 de octubre de 2016

Embajador Evgeniy Bazhanov, Rector de la Academia Diplomatica del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia;

Señoras y Señores Embajadores acreditados ante el Gobierno de la Federación de Rusia;

Distinguidos alumnos

Es para mí un gran honor y un privilegio poder estar hoy aquí en la Academia Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, una casa de estudios de envidiables 82 años de existencia.

Esta Academia Diplomática, establecida en 1934, ha hecho una contribución fundamental a la diplomacia rusa en su papel de principal instituto de formación para diplomáticos rusos en servicio y aspirantes. Esta acreditada institución representa, igualmente, los mejores ideales de la humanidad mediante la formación de los profesionales en el arte de la negociación y la preparación para encontrar soluciones diplomáticas a los desafíos de la paz y el desarrollo. Y tanto más importante esto es, porque nadie discute que Rusia es un actor internacional imprescindible y de eminente gravitación en el concierto de las Naciones.

El Paraguay, con su extenso y fértil territorio, con una población hospitalaria y pacífica, ha sido, a lo largo de su historia, destino de varias corrientes migratorias de diferentes procedencias, entre las que destacan los miembros de la comunidad rusa, establecida en nuestro país en las primeras décadas del siglo XX, y cuyo aporte fue invalorable en todos los órdenes, dejando una huella indeleble que aún hoy perdura y que aprovecho esta oportunidad para rendirle un homenaje de gratitud y admiración.

Pero permítanme detenerme un momento en este aporte ruso al Paraguay. En efecto, en los primeros decenios del Siglo XX solo unas pocas familias rusas estaban establecidas en el Paraguay. El gran flujo migratorio se produjo a partir de los años 20 como consecuencia de la revolución bolchevique.

En Europa no se habían cumplido las expectativas de los refugiados rusos de la guerra civil que asoló su país, viéndose afectados, además, por una gran depresión económica que obligó a muchos de ellos a buscar nuevos horizontes.

Al General Iván Timofeevich Belaieff, distinguido militar, antropólogo y explorador; miembro de la nobleza rusa y héroe de la Primera Guerra Mundial, condecorado con la Orden de San Jorge por su participación en el frente de batalla de los Cárpatos, se debe la promoción del Paraguay como destino de los rusos que abandonaban Europa en aquél entonces. En efecto, fue a través de un periódico francés que presentó al Paraguay como una tierra de oportunidades, con una sociedad abierta y receptiva.

El General Belaieff, acompañado de su esposa, arribó al Paraguay en 1924, seguido luego por parientes suyos y otras familias rusas. Ya afincado en el país, recibió del entonces Ministro de Guerra y Marina, Manlio Schenoni, autorización para la venida al Paraguay de profesionales rusos de diferentes profesiones y especialidades. Entre ellos se encontraban matemáticos, ingenieros, médicos, catedráticos, militares y artistas, quienes pronto se integraron a la vida nacional y brindaron su concurso en la sociedad que los recibió. El sueño de un Hogar Ruso en el que se conservarían los valores, las tradiciones y la cultura se hizo realidad con la que se denominó la “stanitsa” del General Belaieff, que contaba con una población integrada por un centenar de familias.

Al General Belaieff, quien a la sazón estaba próximo a cumplir los sesenta años de edad, se debe el descubrimiento de la laguna Pitiantuta, sitio de gran valor estratégico por su reserva de agua potable en medio del inhóspito y árido Chaco. Acompañado de unos pocos oficiales paraguayos y rusos, y de aborígenes de la parcialidad Maká, luego de una agotadora expedición llegó al mencionado sitio, donde precisamente, unos meses después, se encendería la chispa que dio inicio a este enfrentamiento bélico entre Paraguay y Bolivia, en la que fue la guerra más importante de Sudamérica durante el siglo XX. Unos setenta oficiales rusos se incorporaron como voluntarios al Ejército paraguayo. Seis de ellos ofrendaron sus vidas en el campo de batalla.

El primero, el Mayor Basilio Serebriakoff, caído en acción en la Batalla de Boquerón y cuya victoria el Paraguay celebra como el inicio de la recuperación del Chaco. La Cruz del Chaco y la Cruz del Defensor, máximas condecoraciones instituidas en aquella guerra, fueron otorgadas a 26 oficiales rusos por su heroica y abnegada actuación en la “defensa de nuestra segunda patria”, tal como lo expresara en una arenga el Mayor de Caballería Nicolás Korsakoff. En homenaje a ellos, 17 calles de nuestra Capital llevan nombres de distinguidos oficiales rusos.

En la historia del Paraguay, el protagonismo de los miembros de la colectividad rusa no se dio solamente en el campo de batalla. También aportaron su esfuerzo y servicios en el proceso de reconstrucción en la posguerra y en el desarrollo de su patria adoptiva.

En tiempos de paz, su contribución en diferentes campos fue enriquecedora. El General Belaieff dedicó su vida a asistir y educar a aborígenes del Chaco paraguayo. La fundación de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad Nacional de Asunción se debe a ciudadanos rusos. Varios de ellos ejercieron la docencia en dicha institución, hoy convertida en la Facultad de Ingeniería de esta Universidad.

Por todo esto, Ustedes, nacionales de este gran país, tienen sobrados motivos para sentir un profundo orgullo por la obra realizada por sus compatriotas en lo que era para la Europa de entonces una lejana y exótica tierra ubicada en el corazón de la América del Sur; invalorable herencia que hoy se proyecta en sus distinguidos descendientes, que continúan honrándola y enriqueciéndola. Reitero, por consiguiente, mi homenaje a esta pléyade de ciudadanos y ciudadanas rusas que hicieron de Paraguay su patria y que se volcaron en ella como si fuese la propia.

Señoras y Señores:

Permítanme ahora referirme a los primeros contactos que, a nivel gubernamental, se produjeron entre el Paraguay y Rusia. Ellos se remontan al siglo XIX. En efecto, en los archivos públicos de Rusia se encuentran importantes documentos de aquella época, tales como la correspondencia oficial del presidente Francisco Solano López al emperador Alejandro II en 1862; del presidente Bernardino Caballero a Alejandro III en 1882 y de Nicolás II a Juan Bautista Gaona, en 1905.

Las relaciones diplomáticas oficiales quedaron instituidas en el año 1909, habiendo sido el Señor Mauricio Prozorom, el primer Embajador y Ministro en Misión Oficial del Imperio Ruso, en el Paraguay. Con la caída del régimen imperial ruso, las relaciones diplomáticas quedaron interrumpidas por varios decenios.

El 14 de mayo de 1992, los gobiernos del Paraguay y de la Federación de Rusia, restablecieron relaciones diplomáticas, a través de sus respectivas misiones diplomáticas con sede en Montevideo, Uruguay. A lo largo de estos años de relaciones diplomáticas, se dieron las visitas oficiales de altas autoridades de los dos países, entre las que se destaca, en el año 2007, la del Ministro de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia al Paraguay.

Asimismo, son numerosos los documentos bilaterales formalizados por las Cancillerías de nuestros países, entre los que se cuentan: tres declaraciones conjuntas; seis acuerdos bilaterales relativos a diferentes materias: amistad y comercio, cooperación entre las Academias Diplomáticas y en los ámbitos de la cultura, la ciencia y el deporte; supresión de visas a los pasaportes diplomáticos, de servicio rusos y oficiales paraguayos.

El último de los documentos bilaterales formalizados, fue el Acuerdo de Supresión de Visas de los Pasaportes Comunes, que tuve el honor de suscribir con mi colega de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, el 25 de setiembre de 2013, en Nueva York; significativo instrumento jurídico destinado a facilitar el desplazamiento de nacionales de ambos países y a favorecer el turismo y las actividades comerciales, en ambas direcciones. La relación bilateral con Rusia ha adquirido vigor en los últimos años. Para el Paraguay, Rusia es un socio prioritario; y deseamos, por ello, explorar nuevas formas y campos de cooperación que permitan profundizar todavía más nuestras relaciones.

Deseo resaltar en esta oportunidad otros importantes acuerdos formalizados entre nuestros países, como el establecido por la Secretaría de Información y Comunicación de la Presidencia de la República (SICOM) y la Agencia Estatal de Noticias (TASS), e igualmente con la Agencia de Noticias y Radio SPUTNIK, de la Federación Rusa; con el objetivo de difundir informaciones sobre Paraguay en esos importantes medios de comunicación.

Deseo dar un destaque especial a la visita que el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kiril, ha realizado al Paraguay el pasado 15 de febrero -la primera en la historia-, oportunidad en que fue recibido por el Presidente de la República, Don Horacio Cartes y altas autoridades con los más altos honores.

Finalmente, destaco la visita del Primer Viceministro de Industria y Comercio de la Federación de Rusia, que acompañado por directivos de empresas rusas, visitó Asunción, la capital de Paraguay el pasado 15 de septiembre.

En el ámbito económico el Gobierno del Presidente Cartes propicia fortalecer los vínculos con un enfoque pragmático, de desarrollo de las complementariedades en función de las potencialidades de cada país en un marco de beneficios compartidos.

Con dicha visión, el Paraguay ha adoptado un rol protagónico en el marco de los procesos de integración regional, con especialidad el MERCOSUR y su agenda de relacionamiento externo, propiciando un acercamiento mutuamente ventajoso con diversas regiones del mundo, entre ellas la Alianza del Pacífico y constituyéndose en un nexo de interconexión regional en materia de integración física, de infraestructuras y de logística.

En la relación comercial con Rusia se ha dado un creciente fortalecimiento, en una clara demostración de la complementariedad de nuestras economías. El mercado ruso es un gran receptor de nuestras exportaciones de cereales y oleaginosas, así como de uno de nuestros productos estrella: la carne, que ya está reconocida como una de las mejores del mundo.

Rusia es uno de nuestros principales socios comerciales. Ello nos obliga a buscar un mayor intercambio, una mayor amplitud de nuestros mercados, y eso será posible en la medida que exista un mayor conocimiento de las condiciones de acceso a los respectivos mercados. Necesitamos, por tanto, encontrar mecanismos ágiles que permitan desarrollar esta tarea pendiente.

El Paraguay tiene uno de los mayores índices de crecimiento a nivel regional, y ofrece un marco jurídico propicio a la inversión extranjera; actualmente existen proyectos del Gobierno en diversas áreas, sobre todo en infraestructura, por lo que sería deseable que empresas rusas pudieran instalarse en Paraguay para desarrollar y concretar estos proyectos. Para ello, es necesaria una mayor interacción de nuestros sectores empresariales y trabajar conjuntamente en la facilitación del comercio. Queremos, en definitiva, concretar negocios e inversiones de manera fluida y sin mayores obstáculos burocráticos.

Debo también aludir, muy brevemente, que estamos trabajando en la cooperación entre nuestros dos países en ámbitos muy diversos, como en la esfera jurídica, donde se está trabajando en la concreción de la “Asistencia jurídica mutua en materia penal”, un “tratado de extradición” y un “Acuerdo sobre Traslado de personas condenadas” así como en el área de la delincuencia organizada transnacional. Prosigue, por otra parte, la cooperación del Ministerio de interior ruso ofreciendo cursos de capacitación a policías paraguayos, a través de becas puntuales en materia de seguridad, etc.

En esta ocasión deseo mencionar y agradecer la valiosa colaboración de la Fundación Russkiy Mir, que en el marco de un Acuerdo con la Universidad Nacional de Asunción (UNA), hace posible impartir clases de idioma ruso en la Academia Diplomática “Carlos Antonio López”. Siendo, por tanto, nuestra Academia Diplomática uno de los pocos lugares en el Paraguay en los que se imparte clases de idioma ruso.

Y a propósito de nuestras altas casas de estudios diplomáticos, quisiera mencionar nuestro gran interés en activar la cooperación entre ambas entidades. Creemos que el Acuerdo vigente entre ambas Academias necesita ser desarrollado con actividades concretas que permitan que podamos conocernos más y mejor en el ámbito de la política internacional y explorar juntos los escenarios internacionales que les tocarán administrar a nuestros jóvenes diplomáticos.

Deseo destacar -y agradecer- la loable decisión del Gobierno ruso de aumentar el cupo de becas en diversas áreas para realizar estudios de capacitación y especialización en Rusia.

Por otra parte, en el ámbito de las relaciones internacionales, quisiera señalar que el Paraguay y la Federación de Rusia comparten los esenciales valores de la libertad y la democracia; consideran la primacía del Derecho Internacional y de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, organismo al que reconocen como el más importante del sistema internacional para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, cuyas bases multilaterales deben ser fortalecidas permanentemente y adecuadas a las nuevas realidades de la política mundial.

Cabe agregar que, en virtud de su Constitución Nacional (art.143), el Paraguay en sus relaciones internacionales se ajusta a principios tales como: la independencia nacional, la autodeterminación de los pueblos, la no intervención (en asuntos internos), la igualdad jurídica entre los Estados, la protección internacional de los DDHH, la libre navegación de los ríos internacionales (vital para un país en desarrollo sin litoral marítimo) por citar algunos.

Asimismo renuncia a la guerra, sustentando el principio de legítima defensa.

Señoras y señores:

El mundo actual es igualmente uno de oportunidades sin precedentes y de inquietantes desafíos. A pesar de que las capacidades tecnológicas mejoran con cada día que pasa, también somos testigos de un resurgimiento de conflictos y graves crisis económicas y ecológicas en diferentes partes del mundo. El terrorismo y el extremismo siguen siendo una importante amenaza para la seguridad de todos los países del planeta. Hacer frente a estos retos no sólo requiere un fuerte compromiso por parte de nuestros países, sino también la cooperación entre la comunidad internacional.

Aunque el mundo se ha vuelto cada vez más multipolar y las economías emergentes han crecido con mucha fuerza, esto no se refleja aún en las instituciones internacionales y los procesos de toma de decisiones. Requerimos un liderazgo internacional que permita que las estructuras multilaterales sean cada vez más justas y equilibradas.

Señoras y señores:

Las relaciones entre Paraguay y Rusia cuentan con un bagaje de experiencias históricas, afinidades culturales, convergencias políticas y oportunidades económicas, lo suficientemente fecundo como para que aspiremos a una relación madura y sólida. El pueblo ruso ha sido protagonista de la historia, la cultura y la riqueza de la Nación paraguaya. Sangre rusa corre por las venas de paraguayos y considero ha llegado el momento de honrar con creces esa herencia histórica. Creemos, por tanto, ser justos cuando afirmamos que la sociedad paraguaya y el arco político nacional, coinciden en que la amistad con Rusia es un pilar importante en la política exterior del Paraguay.

El Gobierno de mi país considera a la Federación de Rusia, un actor destacado del Sistema Internacional y confía en el importante papel que puede y debe cumplir en el proceso de construcción de un mundo pacífico, solidario, próspero, inclusivo y con justicia social.

Señoras y señores:

Les doy las gracias, una vez más, a ustedes y a los miembros de esta gran institución por la gran oportunidad de compartir algunas reflexiones y pensamientos con esta distinguida y venerable Academia.

Muchas gracias.