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Discurso del Excelentísimo Señor Presidente de la República del Paraguay, Don Horacio Cartes, en el Debate General del 72° Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas
Publicado: 09/20/17 12:02:p. m.

Señor Presidente,

En nombre del pueblo y del Gobierno del Paraguay, hago votos para que su digna presidencia de ésta Asamblea General, contribuya al éxito de la misma y al cumplimiento de los fines de las Naciones Unidas.

Tras cumplir cuatro años al frente del Gobierno de la República del Paraguay, tengo el honor de participar de ésta magna Asamblea, con el ánimo fortalecido de contribuir en la construcción de un orden mundial, regido por los principios de la justicia, la paz y la solidaridad entre las naciones, en un marco de vigencia efectiva de los derechos humanos, la institucionalidad y el Estado de Derecho.

Debemos persistir en nuestros esfuerzos por encontrar un razonable balance entre los intereses de todos los Estados. Y construir un orden mundial democrático y equitativo, desarrollando relaciones entre Estados soberanos, independientes, basadas en el respeto, la confianza y priorizando la convivencia pacífica, en el que las mismas oportunidades se puedan dar e incentivar entre todas las naciones.

Para ello, requerimos de una labor eficiente de los órganos de las Naciones Unidas, especialmente de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad. Buscamos un consejo de Seguridad más democrático, transparente, inclusivo y representativo que refleje la diversidad de la composición de la membresía de la ONU, así como las realidades geopolíticas del mundo actual.

Esta Organización sigue siendo el foro universal más importante para abordar los desafíos globales. Problemas como la pobreza y la desigualdad, el cambio climático, el crimen organizado transnacional, el tráfico de drogas que corroe a las instituciones democráticas, el terrorismo, entre otros, deben ser abordados colectivamente. De forma urgente exhortamos a todos los actores involucrados a enfocar nuestros esfuerzos y recursos en responder a estos desafíos comunes y apremiantes que enfrenta la humanidad.

La República del Paraguay reafirma su firme compromiso con la implementación de los preceptos del Acuerdo de París que hemos firmado, y alienta a los Estados, particularmente a aquellos sobre los que pesa una mayor responsabilidad en la producción de gases de efecto invernadero, a que tomen todas las medidas necesarias para preservar a nuestro planeta de las consecuencias del calentamiento global.

En Paraguay tenemos una visión con responsabilidad social, impulsando el desarrollo de una mayor producción de energía limpia y renovable. Contamos con dos imponentes represas hidroeléctricas: la de Itaipú, que compartimos con el Brasil y la de Yacyretá, compartida con la Argentina. Este año, Itaipú Binacional fue incorporada a la Red Mundial de Reservas de Biosferas de la Unesco, con la admisión a la misma del Bosque Atlántico del Alto Paraná.

Señor Presidente,

Mi mandato como Presidente de la República vence en agosto de 2018. Este es mi último discurso ante esta plenaria. Me gustaría puntualizar algunos aspectos que pudimos mejorar desde que asumimos en 2013. Hoy día, el Paraguay vive una democracia representativa plena, con auténtica división de poderes, con procesos electorales incuestionables y con plena vigencia del Estado de Derecho. Hemos dado señales claras a la comunidad internacional, tanto a nivel público como privado, sobre el mejoramiento del país como receptor de inversiones, cooperación y convenios.

En el plano de las relaciones exteriores y el papel del Paraguay en el mundo, nuestra interacción creció exponencialmente a través de visitas recibidas, invitaciones y participación en organismos internacionales. En estos últimos cuatro años, el país recibió visitas oficiales de Su Santidad el Papa Francisco, el anterior Secretario General de la Naciones Unidas, Ban Ki-moon, Su Santidad Kiril, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Moscú y toda Rusia, y otras altas autoridades de organismos multilaterales, así como varios Jefes de Estado y personalidades internacionales que nos honraron con su presencia.

El Paraguay fue aceptado por unanimidad en el Centro Desarrollo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). La incorporación de Paraguay a esta organización de gran prestigio mundial, la recibimos como una inequívoca señal de reconocimiento internacional a los esfuerzos y logros de nuestro gobierno en su política de buena prácticas y solidez institucional. Podemos proclamar con orgullo que Paraguay integra hoy el selecto grupo de países nucleados en la OCDE, porque reafirma la confianza de la comunidad internacional en las importantes reformas que lleva delante nuestro gobierno.

Hoy somos parte del Comité Asesor de Observancia de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, después de años de desconfianza como país sobre el respeto a los derechos de la propiedad. Y hemos decidido ocupar más puestos internacionales para participar del debate y la toma de decisiones, con miras a proyectarnos cada vez más globalmente. La inserción del Paraguay en el mundo hoy trasciende las fronteras y los continentes.

Nuestras prioridades, en el marco de las Naciones Unidas, están establecidas en el Programa de Acción de Viena para Países en Desarrollo Sin Litoral 2014 – 2024, parte integral de la Agenda 2030, por lo que instamos a los Estados, particularmente a nuestros socios comerciales y a los países de tránsito, a tenerlas debidamente en cuenta.

La integración regional tiene innegables beneficios, más cuando ella se desarrolla buscando conciliar los intereses de todas las partes. Así trabajamos en el Mercado Común del Sur (Mercosur), para revitalizar la integración económica y comercial, al tiempo que avanzamos en la dimensión social, laboral, científica y cultural del bloque, lo cual representa una agenda positiva del proceso.

Señor Presidente,

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible constituye el trabajo inter gubernamental más ambicioso en materia de desarrollo que se ha generado en el ámbito multilateral. Para la correcta ejecución del Plan Nacional de Desarrollo 2030, estamos montando una arquitectura institucional innovadora, participativa y comprometida con estos objetivos y sus metas.

Con orgullo menciono que he firmado en un acto público, junto con el Presidente del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia, una Declaración Conjunta Inter Poderes, que reconoce el compromiso del Estado paraguayo en su totalidad con los términos propuestos por la Agenda 2030 y con cada una de sus Objetivos y Metas. El Estado paraguayo se ha pronunciado a favor de la Agenda 2030 a través de sus tres Poderes del Estado, lo que es considerada una experiencia inédita en la región.

A lo largo de estos cuatro años, la administración que lidero ha respondido a los reclamos de todos los sectores de la sociedad, con criterios de justicia y eficacia. Al inicio de nuestro Gobierno, en agosto del 2013, fijamos tres ejes de la política nacional a ser desarrollada: la reducción de la pobreza, con desarrollo social; el crecimiento económico inclusivo y la Inserción de Paraguay en el mundo.

En la ejecución de estos tres ejes, transformamos una cultura del pasado ligado al clientelismo político y a las malas prácticas, a un modelo que hoy se rige con el cumplimiento de la transparencia y la formalidad, en donde se garantiza el acceso público a la información y se ofrecen mayores oportunidades a nuestro pueblo.

El acceso a la información pública nos dio un avance sin precedentes, y hoy contamos con instrumentos que materializan la voluntad política que hacen que lo público sea público.

Podemos afirmar que estamos viviendo un proceso de transformación nunca antes visto en nuestro país. Y aunque genera algunas inquietudes, reacciones y resistencia de quienes estaban más cómodos con el anterior modelo, puedo asegurar que esta transformación está cerrando las puertas a malas políticas como la corrupción, que por mucho tiempo retrasaron el desarrollo económico y social del país.

Señor Presidente,

A pesar de problemas económicos a nivel regional hemos podido alcanzar un crecimiento económico sostenido, y deseamos seguir ganando terreno para forjar relaciones con el mundo, siendo confiables y predecibles.

En los últimos años, el crecimiento económico en el Paraguay ha sido constante, con un promedio anual del 5.2%, siendo uno de los más altos en Sudamérica. De igual modo, estamos reduciendo los índices de la pobreza; sin embargo, aún seguimos enfrentando grandes desafíos para erradicarla, por los largos años de desidia en el pasado.

Nuestras prioridades han estado enfocadas en dar un fuerte impulso a la inversión social, particularmente la educación, de manera que las personas en situación de pobreza se beneficien con el crecimiento económico, y se logre reducir la inequidad.

Estamos implementando emblemáticos programas de protección social, como Tekoporã, con transferencias monetarias condicionadas; el Programa de alimentación escolar; las pensiones alimentarias para personas adultas mayores situación de pobreza; y el Programa de reducción de pobreza “Sembrando Oportunidades”.

Además, hemos intensificado la concesión de becas estudiantiles y de ayudas económicas para jóvenes en situación de pobreza, convencidos de que instruir y preparar académica y profesionalmente a los jóvenes es la mejor inversión para el futuro del país.

Después de 175 años el Estado paraguayo volvió a otorgar becas de posgrado para el exterior en las mejores universidades del mundo con una inversión récord de 42 millones de dólares. Mediante las becas “Carlos Antonio Lopez”, un millar de paraguayos de los 17 departamentos del país y capital están realizando sus estudios de posgrado en 50 de las 200 universidades más prestigiosas del mundo. Cientos de ellos son docentes y el 60% son mujeres menores de 30 años. Los primeros 60 ya concluyeron exitosamente sus estudios, se encuentran de regreso aplicando sus conocimientos para el desarrollo y beneficio de nuestro país.

Otro objetivo Estratégico Nacional para combatir la pobreza está enfocado en programas habitacionales, con el fin de ofrecer a los ciudadanos viviendas dignas, reactivar la economía y crear empleos.

Durante estos cuatro años trabajamos arduamente con transparencia y responsabilidad, y hemos alcanzado resultados sin precedentes en nuestro país. Por primera vez en la historia del Paraguay, una sola administración, al finalizar su mandato, habrá entregado más de 30,000 viviendas sociales en el país, lo que representa cerca de 10 veces más que lo entregado por cualquier otra administración. Y este logro es aún más valioso porque beneficia a miles de familias que durante años fueron ignoradas por gobiernos anteriores, y que ahora cuentan con un hogar digno y tienen acceso a mejores condiciones para desarrollarse.

Estamos construyendo esperanza y oportunidades para que las familias paraguayas de las comunidades más humildes en nuestro país, desde los cinturones de pobreza de las grandes ciudades, a las regiones indígenas y las colonias rurales, puedan salir adelante. Estamos transformando nuestro país con una labor transparente y eficiente que nos permite aprovechar al máximo nuestros recursos, disminuyendo gastos, eliminando la corrupción en los proyectos y mejorando la calidad de las construcciones mediante rigurosos controles.

Nuestro gobierno alienta el desarrollo productivo, a través de inversiones responsables. Otorgamos prioridad a las obras de infraestructura para mejorar la conectividad, tanto nivel nacional como con los países vecinos. La inversión en obras de infraestructura es, notablemente, la más elevada en décadas, y la construcción de obras viales sobresale por su extensión y modernidad.

Exigimos responsabilidad y compromiso de nuestros gobernantes y hemos trabajado arduamente para lograr más bienestar en el país. Gracias a este nuevo modelo de trabajo en el Gobierno, estamos logrando un país más eficiente, progresista y honesto.

Señor Presidente,

La República del Paraguay reafirma su compromiso con la consecución de la paz y seguridad internacionales, y con el uso de medios pacíficos para la solución de conflictos, con recíproca cooperación entre Estados.

En el Paraguay, la prohibición de armas de destrucción masiva está contemplada en una norma de rango constitucional. En consecuencia, nuestro país celebra la reciente adopción del Tratado de prohibición de Armas Nucleares, y reafirma su convicción de que el proceso de desarme nuclear debe ser transparente e irreversible, con mecanismos de verificación eficaces basados en un marco universal y jurídicamente vinculante.

El Paraguay reitera su condena al ensayo nuclear por parte de la República Popular Democrática de Corea, en claro desafío y en contravención a sus obligaciones internacionales, hecho que constituye una nueva provocación a la comunidad internacional. Esperamos un firme rechazo de esta Asamblea General a esta actitud irracional que atenta contra la seguridad y la paz, a nivel mundial.

La República del Paraguay expresa su profunda preocupación ante el flagelo del terrorismo, que condenamos en todas sus formas y manifestaciones. Reafirmamos que la lucha contra el terrorismo debe realizarse en el marco del respeto irrestricto a los preceptos del derecho internacional, a través de una sólida cooperación entre los Estados.

Continuaremos colaborando con las operaciones de mantenimiento de la paz, bajo el auspicio de las Naciones Unidas, en la convicción que constituyen un medio para alcanzar los propósitos y principios consagrados en la Carta. Mi país hoy contribuye con personal militar, integrado por mujeres y por hombres, para seis misiones de mantenimiento de la paz e invierte en la capacitación de sus contingentes en el Centro de Entrenamiento para Operaciones de Mantenimiento de la Paz, Cecopaz – Paraguay.

La República del Paraguay, miembro del Consejo de Derechos Humanos, reafirma también su compromiso con la promoción y protección efectiva de los derechos humanos en cualquier lugar del mundo. Creemos firmemente que todas las personas, sin discriminación, deben ser protegidas en su dignidad y en sus derechos. Abogamos para que el Consejo de Derechos Humanos siga cumpliendo sus funciones con objetividad, imparcialidad y universalidad.

No puedo dejar de referirme, en este contexto, a un tema preocupante en mi región: la situación de Venezuela requiere una atención urgente. Reitero mi mensaje de solidaridad al pueblo de Venezuela, a las víctimas de persecución política y de violaciones de los derechos humanos, con la esperanza de que ese pueblo hermano pueda encontrar, soberanamente y a la brevedad posible, una solución pacifica al quiebre democrático y profunda crisis que actualmente enfrenta.

Señor Presidente,

A través de la cooperación internacional, la República de China (Taiwán) está comprometida desde hace tiempo en los programas de cooperación relacionados con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los Objetivos del Desarrollo Sostenible, apoyando a muchos países, incluyendo al Paraguay. Taiwán posee conocimientos y experiencias relevantes y ha sido eficiente en contribuir a la comunidad internacional. El Gobierno de la República del Paraguay, nuevamente insta a todos los países miembros de este organismo, a identificar maneras adecuadas para facilitar la participación de Taiwán, en los mecanismos, reuniones y actividades del sistema de Naciones Unidas, para que sus 23 millones de habitantes puedan ejercer normalmente sus responsabilidades de ciudadano global, y realizar esfuerzos concertados para establecer alianzas sostenibles con todos los países.

Señor Presidente,

Estamos firmemente convencidos de que el Secretario General don António Guterres ha iniciado auspiciosamente una labor de gran trascendencia al frente de la Organización de las Naciones Unidas, respaldado en su vasta experiencia de notable estadista.

Dependerá de los ilustres jefes de Estados de los Países Miembros, que este periodo de sesiones sea el punto de partida para la nueva era de universalización real de los principios norman el funcionamiento de la Organización. Y, en especial, para que sus programas y acciones reduzcan las enormes desigualdades que aún existen entre los países y las regiones. Debemos acercar la organización a la gente, a quienes nos debemos.

Reafirmo que mi país seguirá otorgando una alta prioridad a su participación en los debates de la ONU, convencido de la transcendencia de la labor de la Organización en la construcción de un mundo más pacífico, inclusivo y justo.

Por nuestra parte, seguiremos trabajando decididamente hacia un desarrollo con verdadera inclusión social, creando condiciones para la prosperidad y poniendo siempre a la gente en primer lugar.

Concluyo estas palabras con una exhortación de Su Santidad el Papa Francisco: “Nunca olvidemos que verdadero poder es el servicio”.

Muchas Gracias.

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